A LA SUERTE HAY QUE AYUDARLA

Rodrigo Javier Martínez, 10-09-2015
Doce y cuarenta de la noche del miércoles, todavía tengo los pies fríos pero vamos a intentar que esta crónica sobre el partido de hoy sea lo mejor posible (o lo menos mala). Para algún despistado, en una tarde-noche lluviosa Vélez cayó en cancha de Arsenal por penales contra Lanús y quedó eliminado de la Copa Argentina en Cuartos de Final.

Como a lo largo de este año nefasto que no termina más, los partidos de Vélez tienen cosas verdaderamente inentendibles. Una de ellas, ver jugar a Cubero de 10. Ni reuniendo a todo el Conicet vamos a encontrar la explicación a este mamarracho táctico que inventó Russo. Más allá de que Poroto se banque jugar de lo que sea, entendemos que había 1454 alternativas mejores que esta. Y tampoco se puede decir que el planteo sea defensivo porque Velez defiende mal, individual y colectivamente. Por eso Lanús se fue aproximando al arco, con poca agresividad, pero más y mejor que el Fortín. Además, como no podía ser de otra manera, las insinuaciones velezanas llegaron a través del esfuerzo de Delgadillo, que poco pudo hacer entre tanta soledad y sin un socio en el juego. Porque a Asad no le interesa ser jugador de fútbol, porque Caraglio tiene que pelearse con toda la defensa y porque, como dijimos, Cubero de enganche, no. A los 35 minutos, a través de un excelente contraataque, Lanús abrió el marcador: velocidad, pases de primera y Gonzalez definiendo muy bien ante el cierre de Aguerre.

Después de regalar un tiempo (otra vez), Vélez salió a la segunda mitad con más decisión. Si bien el Granate tuvo varias ocasiones para liquidar el partido, el esfuerzo colectivo y el ingreso de Nanni por Pérez Acuña le dieron al Fortín más presencia ofensiva, pero que no necesariamente se traducía en jugadas de gol. Fue la entrada (tardía) de Doffo la que dio ese desequilibrio que el equipo necesitaba. Con más empuje que fútbol, con pelotazos a los puntas y aprovechando que Lanús decidió tirarse atrás, llegó el desahogo. Faltando un minuto, Amor la puso en el área, Caraglio la peinó y Cubero, tirando sus 500 partidos en primera, fabricó un penal que luego Milton cambiaría por gol. Premio al sacrificio. Porque más allá de todos los problemas, de todas las falencias, de los bajos rendimientos y algunas actitudes, Vélez no se entregó y eso, al menos, merece ser destacado. No para conformarse, sino para pensar que algo más puede haber.

Lamentablemente, Lanús fue ciento por ciento efectivo en la definición por penales y se llevó la clasificación a Semifinales, dejando a Vélez afuera de la única competición que le quedaba. Quedan solo 7 fechas para el final del torneo. Es una buena cantidad de tiempo para hacer balances y definir el futuro de un Vélez que sigue sin encontrar el rumbo.

Pd. Mención especial para la gente. Nunca van a matar al hincha.
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