INDIGNOS

Rodrigo Javier Martínez, 05-10-2015
Tristeza. No tengo bronca ni rencor, ni quiero matar a nadie. Tengo tristeza y mucha vergüenza. Vélez está irreconocible y en una caída sin fin.

El equipo no transmite nada, porque aún ganando desde el primer minuto del partido, da la sensación de que en cualquier momento le hacen un gol. En lo que en principio era un problema táctico, ahora (hace varias fechas) se le suman una fragilidad anímica y una falta de liderazgo que hasta el mínimo empujón deja a Vélez noqueado. Incluso Chicago, que está a nada de descender, tiene una idea de juego. Cansa y da mucha impotencia tener que insistir siempre con los mismos problemas: ausencia de planteo, referentes que parecen ex-jugadores, pibes sin rebeldía y otros que todavía necesitan dos golpes de horno.

Pero si esto era triste, más lo es lo que pasó afuera de la cancha. Los mercenarios de siempre haciendo su negocio y los inconscientes jugando para ellos. El partido estuvo suspendido 10 minutos porque le colgaron una bandera a Nueva Chicago. Es como que yo quiera cortar la 9 de Julio porque Scarlett Johansson no me da bola. Presenciamos una falta de dignidad propia del peor hincha de Racing. De nuevo, le cantaban a Chicago (indigno) perdiendo con Chicago (indigno al cubo). De los mercenarios de la barra no sorprende nada, pero que la gente común les siga la corriente debería preocuparnos. Esa (falsa) cultura del aguante que hace que nos importe más San Lorenzo o Chicago que Vélez. Y eso no es Vélez.

La derrota con Temperley había decretado un fin de ciclo que solo por un capricho de Gamez no se concreta. Mientras tanto, Vélez sigue haciendo papelones, sigue perdiendo, sigue quemando pibes.
No se puede perder más tiempo, hay que pegar el volantazo y corregir el rumbo. Hay que dejar de lado los egos y la arrogancia y pensar en el futuro de Vélez, que a fin de cuentas, es lo único que importa.
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