UN BAÑO (MÁS) DE REALIDAD

Rodrigo Javier Martínez, 04-11-2015
La victoria ante Lanús, 15 días de intervalo por elecciones y el anuncio de la terminación anticipada del contrato de Russo habían provocado que en Liniers se vivieran días más tranquilos (Asamblea mediante). Pero la realidad te pega en la cara y Velez volvió a perder, nuevamente de local, ante River por 1 a 0.
Una constante de este año es que el Fortín adoptó el rol kamikaze. Lo hizo propio. Son varios los partidos que, estando en igualdad de condiciones o con los resultados casi cerrados, un error, una desatención, le permite al rival llevarse los tres puntos.
Pese a eso, y a diferencia de otros partidos, Velez pudo encontrar un poco más de potencia ofensiva, apostando a salir rápido de contra mediante la buena asociación de Cufré, Asad, Toledo y Vazquez, logrando llegar al arco rival con peligro en varias oportunidades: Un centro no conectado por Cubero, Yamil pifiando la pelota delante del arco (haciéndonos pensar que en el gol a Lanús se equivocó), un cabezazo muy bien atajado por Chiarini y dos mano a manos desperdiciados por Toledo y Vazquez. Lujos que, sobretodo en este presente, no te podés dar. Y River, que si bien presentó suplentes (que podrían ser titulares en este Velez), supo cambiar a tiempo y encontrar la forma de doblegar un planteo velezano que por momentos mostró una solidez defensiva (destacándose la actuación de Gianetti) rara vez vista en este 2015. Pity Martinez se ubicó sobre la izquierda complicando a un Cubero falto de ritmo y el ingreso de Alario por el inherte Bértolo le dio peso en el área. Así, el Millonario le sumó profundidad al control de la pelota. Ni Desábato ni Romero (entró por Somoza, lesionado) supieron encontrar su lugar en el mediocampo y el equipo terminó partido.
Al mismo tiempo que no puede concretar en el arco rival, Velez se encontró con otro gran problema: no poder cerrar los partidos (muchas veces por impericia, otras por conformismo). Si a eso le sumamos la correcta visión del partido de Gallardo, el resultado es casi obvio. Desborde de Martínez, mala salida de Aguerre y pelota servida para Alario. Los minutos finales fueron puro desconcierto e impotencia, expulsión de Perez mediante.
Quizás en otro contexto la actuación del equipo hubiera sido más valorada. Lo cierto es que este presente le exige a Velez encontrar regularidad y resultados con cierta urgencia. No para caer en el exitismo del promedio y del descenso, sino para poder construir una base sólida que le de una buena estructura a esta camada de jóvenes que todavía tienen mucho para demostrar.

Foto: www.velezsarsfield.com.ar
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