NO DESPEGA

Sebastian Jablonka, 18-04-2016
En este Velez versión 2016 pareciera que las noticias positivas traen consigo una negativa. Después de la agónica y casi heroica victoria en Rosario, y cuando parecía que ya tenía el impulso para dar el despegue definitivo, cayó nuevamente de local ante Independiente y jugando el peor partido del ciclo Bassedas, siendo superado táctica, futbolística y anímicamente por un rival que, además, mostró su mejor rendimiento en el campeonato.

El envión anímico que dejaba el triunfo contra Central no tuvo ninguna repercusión en el campo de juego. Desde el primer minuto Independiente se vio mejor parado y en poco tiempo logró inquietar el arco velezano. Para colmo, los errores propios volvieron a hacerse presente. Como una broma del destino, la apertura del marcador se generó tras un grosero error del tan demandado Assmann, quien no pudo controlar una pelota sencilla y se la dejó servida a Ortiz para definir sin oposición, y además debió salir por lesión.

Con el resultado a su favor, la visita hizo un planteo perfecto: se cerró bien en el fondo, anuló las subidas de Alvarenga y Toledo, amenazó en cada contra y controló los ritmos del juego. En otras palabras, realizó el juego que pretende Bassedas para con sus dirigidos. En este contexto, Velez tuvo que recurrir a un planteo que todavía le es incómodo: ser profundo en espacios chicos y teniendo que recurrir a la tenencia de la pelota como arma. Nunca lo pudo lograr y las imprecisiones fueron el denominador común, sumado a ello el nerviosismo reinante en el Amalfitani y la nula respuesta anímica de los jugadores. Bassedas equivocó en el ingreso de algunos jugadores y la falta de recambio hizo que, para el segundo tiempo, las cosas no cambiaran... para mejor. En otra desatención del fondo velezano, Rigoni marcó el segundo gol del Rojo y liquidó el encuentro. No solo Velez jugó peor, sino que Independiente tuvo incontables oportunidades para golear, pero la falta de definición hizo que el resultado tuviese solo dos goles de diferencia.

En este mar de irregularidad, Velez se enfrenta ante el rival más complicado, que es el propio Velez. A pesar de los cambios que ha logrado Bassedas con los pocos elementos que tiene, todavía no puede conseguir una regularidad, ni siquiera durante los 90 minutos. Las lesiones y la falta de recambio le impiden establecer un 11 fijo, y el nerviosismo del hincha es un ingrediente explosivo que atenta contra el estado anímico del plantel (las mejores actuaciones se dieron de visitante). En estos 5 partidos finales restará ser pacientes, esperar que los resultados acompañen para terminar lo más arriba posible para así encarar el segundo semestre con un plantel reforzado y sin la agobiante presión de la tabla de promedios.
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