SIEMPRE SUMAR

Rodrigo Javier Martínez, 28-09-2018
Más lejos del partido y muy cerca de la próxima fecha no queremos fallarle a nuestra gente y le acercamos, con cierta demora (maldita conjuntivitis), nuestras opiniones sobre el empate en Córdoba.
¿Opiniones? ¿Sensaciones? ¿Emociones? Es difícil, y en esto soy reiterativo, analizar un partido de Vélez con tanta carga emocional, diría que es casi imposible. Vivir los últimos 15 minutos de cualquier partido del Fortín es tóxico por los nervios, esa sensación que se puede, la ansiedad ¿Que se puede analizar? Absolutamente nada. Pero haremos un esfuerzo de caradura que somos nomas,
Voy a usar frases hechas, me gusta, es reconfortante: "Fue un tiempo para cada uno" "Vélez regaló un tiempo". Quizás, y para ser honesto, aplica mejor la segunda porque Talleres llega a la apertura del marcador tras una obra maestra del terror de la defensa fortinera. Pelotazo frontal a espaldas de Cufre, centro mordido y forzado, anticipación obvia del delantero, respuesta flojísima del arquero. ¿Resultado? Gol del local. Pero más allá del gol cordobés, el equipo matador no dominó el trámite. Quizas lo envalentonó un poco el ponerse en ventaja, pero no lo plasmo en situaciones de riesgo o determinantes. Pero Vélez es un misterio raro. Una habilitación a Salinas termina en un penal dudoso, bien fabricado por el 9 que más allá de sus limitaciones cumple con corrección un trabajo sucio en el área rival que Ramis no logra cerrar. El Mono Vargas se hizo cargo y terminó en el cuerpo de un Herrera que se adelantó mas de un metro, y como si fuera poco completa una doble tapada a Dominguez victima de un penal terrible a la hora de patear al arco. Vélez se iría al entretiempo derrotado, no solo en el resultado, se iría derrotado en todo sentido, en lo anímico y en lo futbolístico.
Con el complemento el Fortín dio lugar a la frase hecha, la redondeo porque termn se hizo cargo del partido. Fue el que dominó, el que impuso condiciones, el que manejo los hilos del trámite, pero siempre con la misma carencia, el gol. El Palo de Bouzat, alguna pifia de Salinas. Esos 5 para el peso que ya es tan conocido para nuestro team. Pero con 13 minutos recorridos Gimenez, cuando no, se volcó a la derecha y tiro un centro pasado que Cufre, con una calidad impactante, agarro de volea y cruzado sentenció el empate. Golazo. Que nos muestra la importancia de jugar con un 9 de área porque si Cufre recibió solo, tras trepar por una banda vacía, fue porque Salinas se quedó con una marca que no cuidó su espalda. A partir del empate Vélez siguió intentando pero el calor sofocante y la falta de profundidad le quitaron un poco de osadía. El punto, al fin y al cabo, era importante por ende ninguno de los dos arriesgó demasiado, aunque El Fortín fue el único que intentó algo más a pesar de una muy clara que tuvo el Tallarín.
Quedan sensaciones encontradas. El penal, algún cambio, el bajo nivel del rival no aprovechado. Pero más allá de eso Vélez se sobrepuso a un trámite adverso, en lo estratégico y en lo anímico, cosa que en otras épocas era una sentencia de muerte para el Fortinero. Hay que seguir sumando, siempre, y bajo cualquier circunstancia. Las victorias ya van a venir de la mano de mejores planteos y un poco de liga. Mientras tanto, aguante corazón aguante.
00382 6b0a5aad70