FIN DE CICLO

Rodrigo Javier Martínez, 10-03-2020
Se terminó una etapa en Vélez. Y cuando se habla de fin de ciclo no lo hago con un tono lapidario y lleno de ira, pero tampoco lo hago con la alegría que deberíamos tener. Este momento de Vélez es raro. Un tercer puesto con sabor amargo. Se me acumulan las ideas y las sensaciones se cruzan. El absoluto convencimiento que había que cerrar este proceso, desgastado en muchos aspectos que incluso aún no conocemos y la firme seguridad que vamos a extrañar a un tipo profesional, laburante y de mirada avanzada. Pero mas que opinar, la idea de esta actualización de la Superliga es sumar información porque creo que ningún velezano está en condiciones de hacerlo ya que lo emocional prima sobre lo objetivo. ¿Hizo bien Heinze en renunciar antes del partido con el Tatengue? ¿Porque faltó al compromiso contractual? ¿Que hay detrás de la relación Director Técnico y Comisión Directiva? ¿Quien faltó a su palabra? Muchos esperaban su continuidad, tantos otros deseaban su renuncia tras la catastrófica derrota contra el Tomba y varios creían que, aunque agradecidos, el ciclo estaba terminado. ¿Pero que pasó en el medio para que se vaya el Gringo? Al fin y al cabo la victoria de ayer en Santa Fe nos hizo alcanzar el objetivo de quedar en zona de Copas, ser el mejor de los honestos, el primero entre los humildes. Estas ultimas tres fechas fueron más de lo mismo, nada cambio, irregularidad, la gente ofuscada, la gente exultante y quedar en el podio. Por eso me vuelvo a preguntar: ¿Que pasó en Vélez? ¿Que pasa en Vélez? ¿Que pasará en Vélez?
Pero hagamos un pequeño refresh de estos últimos días.Arrancaba la montaña rusa de emociones en el Amalfitani contra el Bicho. Ese rival que siempre queres derrotar, por proximidad, por esos ánimos de grandeza disfrazados de inexistencia, por cuestiones personales. Uno de esos equipuchos con los que nunca queres perder. Un equipo duro, con oficio, pero que se fue desgastando en la pelea que tuvo con los dos grandes a finales de torneo. Era el rival a vencer para acceder al podio y a pesar de un comienzo dubitativo el equipo mostró su despliegue y de la mano de Centurión la victoria fue inapelable justificándose en el segundo tiempo. La medalla de bronce estaba a tiro con dos rivales accesibles. Pero esto es Vélez, o al menos es lo que somos ahora y contra Godoy Cruz, días después, en el postergado, Vélez pateó 145 veces al arco y no solo no convirtió sino que empezaba perdiendo desde el inicio del partido para nunca poder remontar el trámite. Otra vez desilusión, una desilusión que arrancaba a principios de año cuando nos creíamos capaces de pelear un torneo pero que no era mas que una ilusión óptica, un deseo de añorar aquellos años mozos. En el medio el Mundo Vélez un polvorín, la renuncia inesperada de Heinze, la dirigencia en silencio y a la deriva, la oposición bebiendo la sangre del muerto. Y como quien no quiere la cosa la ultima fecha en Santa Fe para velar al muerto y con un once inicial inexplicable. ¿El resultado? Otra goleada para el Fortín. Vélez es un cumulo de misterios paranormales, un sinfín de interrogantes que no tienen respuesta.
¿Y cual es el horizonte? Incierto. No diría sombrío, ni tampoco festivo, pero la realidad es que, por el momento, solo hay interrogantes, como los que tiene este humilde servidor a nivel personal y emocional. Pero tampoco hay mucho tiempo para plantearse dudas ya que la próxima semana arranca esta anomalía organizativa llamada Copa de Superliga y de la mano de Moriggi los entrenamientos para encararla. ¿Sera Longaniza Pellegrino? ¿Será alguno de los mil nombres que han tirado sobre la mesa? Que sea el que tenga que ser en función de bien de Vélez.
Por lo pronto, fin de ciclo y un agradecimiento contundente al Gringo Heinze, un profesional moderno que nos salvó del descenso, alimento las ansias de crecimiento de un equipo joven y lidero, en las peores tormentas, a un plantel golpeado en varios casos. Tropezó con derrotas dolorosas, humillantes y mostró una falta de picardía técnica a la hora de enfrentar cada uno de los 90 minutos que le tocó dirigir, pero si Vélez es esto, un ir y venir de sensaciones, porque no lo debería ser un técnico tan carismático como el. Sea lo que sea, fue el final y ahora, por sobre todos y todo: Vélez.