UN DÍA RARO

Rodrigo Javier Martínez, 12-03-2015
Fue un día especial. Huecos en la tribuna, rumores de tiros en el Poli, Gamez cortando el protocolo, el debate del bono y un Vélez que enfrentaba su gran objetivo de hacerse fuerte de local. Fue una jornada diferente, se sentía en el aire y el calor lo grababa a fuego en cada uno de nuestros corazones que esperaban recaudar tres puntos e ilusionar un poco el aura.
Fue un día triste. Los rumores se hacían ciertos y las suposiciones pasaban de leyenda a realidades. Gamez declaraba y hacía verídico lo peor. En la cancha Vélez empataba y derrumbaba la esperanza.
Preso de sus propias limitaciones, Vélez cedió el gol de la visita con un cúmulo de errores que empezaron con un despeje fallido de Pellerano, el paso de danza clásica de Sosa y la siesta de Amor. A partir de ahí Vélez se choca con su primera falencia: la falta de volumen de juego. Para eso Cubero se disfrazo de media punta y asistió a Pavone que desde el piso puso el empate. Y ahí hubo otro quiebre que desnudó debilidades: la falta de vértigo y cambio de ritmo. Vélez lateralizó sin centros, tampoco pudo penetrar ni creo situaciones de riesgo. Solo el ingreso de Cáseres, que desbordó alguna veces, pudo dar algo de presión a los de Junin, equipo que de contra pudo haber ganado el partido si no fuera por la heroica intervención del capitán Cubero.
De esta manera Russo pierde sus primeros puntos de local, bastión que dice tener que defender para pelear el campeonato, y a pesar del invicto, el presente de Vélez es este, sin luces y sin brillo, por eso es vital la voluntad y en algunos sobró apatía y falto descaro.
Fue un día raro, complejo, raro. Fue un día para olvidar. Pero no debemos olvidar que, hoy por hoy, debemos estar mas unidos que nunca para pelear contra quienes amenazan nuestra paz. Porque Vélez está por sobre todo, es nuestra casa, nuestra familia... no nos dejemos ganar, debemos pelear, no solo en lo económico, en lo deportivo, debemos pelear por nuestro hogar... por Vélez.
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