RESACA DE BIRRA

Rodrigo Javier Martínez, 18-03-2015
Todos sabíamos que esto podía pasar.

Uno puede tolerar que el último te gane, puede tolerar la falta de volumen de juego, puede tolerar los bajos rendimientos, puede tolerar los malos arbitrajes, puede tolerar los errores de juventud y los de experiencia. Uno puede tolerar todo, sin embargo lo de ayer fue intolerable.

Las estadísticas a veces son carne del propio destino, y enfrentar a un equipo que solo había ganado dos de los últimos 25 partidos, era la medida justa para la hermosa, y hecha, frase de "levantar muertos". A eso se sumarle que la última victoria del cervecero, justamente, fue contra Vélez. Y agregar que el DT rival es Papá Falcioni no clarificaba el panorama. Ante ese panorama Vélez salía a la cancha para mantener su invicto y pelear por revertir los números de visitante, pero las brujas no existen, pero que las hay, las hay.

Vélez empezó bien, pero le duró 5 minutos. Se mostró con firmeza, con buenas intenciones, pero rápidamente el medio paso a ser una autopista y Quilmes encontró caminos para llegar a Sosa. Caminos que encontraron un tiro libre que terminó en gol para el local tras la reacción débil del juego aéreo fortinero. El primer tiempo terminaría así, con la esperanza que la verguenza deportiva de lugar a una reacción que disimule el fiasco que fue Vélez de la mano de un Somoza que pide retirarse a gritos y un Cabral que finalizó un ciclo y que necesita un club nuevo para demostrar lo gran jugador que es. En el segundo tiempo los ingresos de Caseres y Asad revitalizaron las intenciones pero no profundizaron las liviandades de Vélez en ofensiva. Salvo alguna incursión de Caseres y alguna propuesta de Asad, Vélez seguía con sus mismas limitaciones y a pesar de mostrar superioridad individual, no lo pudo plasmar en lo grupal, viéndose superado por un Quilmes que, lleno de miserias, era más que el Fortín. Pero el destino es gracioso y con un penal infantil del Ruso Uglessich, empatábamos sin merecerlo. A partir del empate, Vélez no mostró mucho más. Intentaba dominar, pero nunca prevalecía , ni en el futbol ni en el roce fuerte que proponía Quilmes. Con el inexplicable cambio de Desábato por Rolón, sin pelota dominada, a merced de lo ajeno y de errores propios, Quilmes llego al empate tras una clara falta de Amor que Ramírez convirtió en penal/gol.

Los números y la estadística ganaron una vez mas. Vélez dejo de ser un cuco saliendo de visita y se acostumbra a empatar o perder fuera del Amalfitani. Todos lo esperábamos, todos podíamos tolerar, pero es difícil cuando perdes con el último, los experimentados no están a la altura y se hace costumbre regalarse, como si esta fuese la historia de un Vélez que no merece este presente. Como reza la canción "la banda siempre estará alentando...", pero no jueguen con la tolerancia de la gente, que ha dejado el corazón y hace años tolera, tolera y tolera...
00083 f4ceea36ae