SIN RUMBO

Rodrigo Javier Martínez, 22-03-2015
Llevo la estrategia de dejar pasar los días para que mis nervios no confundan mi entendimiento. Pero en esta ocasión no puedo dejar pasar el tiempo y debo dejar brotar la angustia que tengo dentro.
Todos esperábamos esto, pero creo que nadie lo esperaba tan temprano y, menos, tan obsceno, con tanto papelón..
Vélez arrancó igual que siempre. Sin poder ser incisivo, sin volumen de juego y con un rival cauteloso y peligroso, que venía de perder con el débil Aldosivi pero que sus números de visitante asustaban. Con el transcurso de los minutos Vélez se mostró superior pero no podía crear peligro. La tuvo el intrascendente Cabral y luego Rolón, luego de sendos errores de la defensa pirata y no logrados por mérito propio. Hasta que en el minuto 25, tras una serie interminable de rebotes, una jugada magistral de Cubero y suspenso, Amor ponía el 1-0. Tan de arriba se lo llevó que el primer tiempo, tras la apertura del marcador, fue una continuación del trámite, y tan así fue que Olave seguía haciendo tiempo. Vélez ganaba un partido que con un poco de inteligencia debía manejar hasta el final sin sobresaltos.
El segundo tiempo mostró un cambio, Belgrano solo adelanto 5 o 10 metros sus lineas, nada parecía hacer notar que algo podía cambiar, salvo la actitud pasiva de Vélez. El medio desapareció y la defensa quedó muy expuesta. Somoza perdió contacto con la pelota y las referencias de marca, Romero fue una sombra que solo pegó, Rolón dejó de ser punzante arriba y Cabral jugó como para no volver a jugar. Vélez no se confió, Vélez regaló el partido. No tuvo oficio, Russo no leyó el trámite y el técnico visitante, más inteligente, metió a un Marquez que alborotó todas las lineas fortineras. A los 20 Grillo, desamparado sin la ayuda de Cabral, no pudo para el 2 - 1 por su banda y Belgrano con 3 toques empataba el partido ante una defensa calamitosa. Siete minutos mas tarde, tras un corner dudoso, de segunda jugada, Romero y Cabral salen sin alma y desordenados a cortar para quedar atornillados ante un amague de un rival que sacó un tiro lapidario que Sosa rebotó al medio y encontró solo a Escudero en un mar de piernas fortineras, para poner el resultado final.
A partir de ahí no hubo respuestas. Russo no supo que hacer, ni siquiera agotó los cambios. Sin Asad (con el contrato renovado) ni Caseres, con Nanni y Villalba como alternativas, Vélez dió lástima y no pudo ni mostrar un poco de verguenza deportiva. Ni cerca de empatarlo, Vélez perdió un partido que ni el visitante quizo ganarlo. Sin inteligencia, con rendimientos bajísimos, Vélez perdió otro partido más y busca salir de un pozo que parece no tener fondo.
Sin camino, en las sombras, perdido en las propias miserias, Vélez navega sin rumbo a un final que aún está muy lejos.
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