PALO BONITO

Sebastian Jablonka, 01-05-2016
Y un día Velez empató. Quizás para nuestra historia reciente rescatar un punto contra un equipo suplente sea una blasfemia, pero las urgencias imploran por puntos y por cómo se dieron las cosas durante los 90 minutos, el que se logró en el Monumental fue uno de los importantes.

Importante por el contexto irregular de Velez, por una cancha históricamente desfavorable y por el desarrollo de un partido que, cuando pintaba para algo más que un punto, se tornó cuesta arriba. Vale mencionar también que la tan esquiva suerte, esta vez, estuvo de nuestro lado, poniendo un palo salvador en dos oportunidades, más los horrores en la definición de los delanteros rivales.

Velez encontró la fórmula que más resultados le dio a mediados del primer tiempo, gracias a los desbordes de Toledo y la entrada de Romero y Alvarenga de frente al arco. Las cosas hubiesen sido diferentes si el segundo no definía un cabezazo ideal a las manos del arquero Batalla. La ridícula expulsión de Grillo hizo que los planes cambiaran. Bassedas sacó a Alvarenga para armar la línea de 4 y el equipo no volvió a atacar y River, con sus limitaciones, se fue acercando de a poco al arco de Aguerre. El resto del partido se disputó con más fuerza que fútbol y la defensa velezana se mantuvo a pie gracias al buen trabajo de Somoza y Nasuti, como estandartes. Con el hombre de menos y las dimensiones del campo, Velez sintió el cansancio. Toledo y Caceres sufrieron la merma física y no pudieron explotar las pocas chances de contragolpear. Los ingresos de Tripicchio y Servetto no surtieron efecto y el objetivo final consistió en aguantar los embates del local.

Velez rescató un punto importante de cara al futuro. Este Velez necesita no perder como primera instancia, y en una situación totalmente desfavorable, lo consiguió. Es menester recuperar a los lesionados y finalizar este torneo de la forma más regular posible.
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