Terminó el torneo para El Fortín y en concordancia con el resto del campeonato, la última fecha contra Patronato nos dejó un partido en donde la regularidad no se hizo presente.
Si bien Vélez fue superior a su rival y mereció llevarse los tres puntos, sufrió la falta de peso ofensivo y, en este caso, de contundencia a la hora de definir. A diferencia de otros encuentros en donde la eficacia era un arma letal para llevarse los partidos, el conjunto de Bassedas contó con varias oportunidades desperdiciadas, especialmente en el segundo tiempo. Sin un conductor de juego volvió a pecar de previsible y por momentos su propia imprecisión casi le cuesta caro, sobre todo cuando le tocó salir jugando desde el fondo.
Vélez fue punzante cuando asoció a Toledo por derecha y Zabala como una especie de mediapunta, junto a Pavone y Romero como delanteros netos, a través de jugadas con velocidad y sin pausa. Por el contrario, cuando abusaba del toque intrascendente y la pelota pasaba mucho por los centrales o el doble cinco, era Patronato el que aprovechaba ese juego lento y monótono para recuperar la pelota y asistir a sus corpulentos delanteros. Entre los 20 y 30 minutos del primer tiempo el Fortín fue realmente superior y pudo poner muchos jugadores en ataque y complicar a su rival, especialmente gracias a los desbordes de Toledo. Luego la visita volvió a acomodarse y a plantear el partido según sus tiempos, contando con un mano a mano que tapó Aguerre luego de una pifia de Gianetti.
Para el segundo tiempo Bassedas cambió a Tripichio por Somoza (lesionado), pero Vélez siguió sin encontrar conducción. Fue el ingreso de Correa por Romero el que le dio más fútbol al equipo. Sin sobrar nada, Vélez fue más ofensivo y contó con varias jugadas importantes: un remate fuerte de Toledo tras una apilada que resolvió bien Bértoli, un cabezazo de Desábato que el arquero rival despejó brillantemente, un remate de Correa y un cabezazo de Nasuti que se fueron apenas afuera. Tampoco podemos obviar un claro penal que Trucco no cobró sobre Pavone, promediando la segunda mitad. En los últimos minutos se volvió a jugar al ritmo de Patronato y El Fortín se alejó del área, dejando un amargo cero a cero.
Luego de un torneo realmente irregular, Vélez lo cierra con una racha de 5 partidos sin perder (6 contando Copa Argentina) en donde tampoco recibió goles (mejor racha en la historia), con la sensación de haber obtenido una buena cantidad de puntos pero con la certeza de que el juego todavía está en el debe. La transición se terminó, los refuerzos tienen que llegar para poner a Vélez de vuelta en lo más alto y para dejar atrás, de una vez por todas, la tabla de promedios.
Fotos: Web oficial