Este camino que estamos recorriendo va a ser largo y doloroso, no tendremos momentos felices o, al menos, serán contados con los dedos de la mano. Y aunque duela, el final quizás sea macabro y una clara muestra de esto es el partido de ayer.
Me cuesta encontrar a De Felippe como único culpable, pero tampoco es el héroe de este lío, simplemente, entiendo yo, es una víctima de un cuadro mucho mas complejo que ya viene de hace años donde el mundo Vélez no encuentra ni eficiencia ni paz. Si el juego es encontrar culpables, la cadena perpetua tiene apellido. Assman, ingenuo, sin coraje y casi amateur, hace un penal que solo yo puedo hacer en la Liga Bancaria. Un error más de un arquero que no solo no gana puntos, sino que los pierde con total impunidad. Desde ahí me gustaría hacer un análisis, pero vivir en este universo, que hoy atraviesa el pueblo fortinero, es agotador.
El panorama no era tan desalentador. La defensa se la notaba mucho mas firme que en los partidos anteriores aunque Nasutti era el eslabón débil de la cadena, pero resaltando el gran partido de Cufre y las acertadas actuaciones de Cubero y Caire que venían flojos. De esta manera De Felippe mostraba su primer acierto, aunque con el correr de los minutos se desnudaban dos defectos: Canteros y Desábato. El doble cinco, armado como sea, es un punto que el técnico no puede resolver, pero las subidas de los laterales, las llegadas incisivas del Burro y algún que otro desborde de Diaz nos pusieron en ventaja, ventaja que se pudo haber extendido durante el partido con varias jugadas claras. Despues se podrá hablar de los cambios, si se demoraron o no, si fueron correctos o no. Pero que difícil es darse vuelta y no contar con nada, ni parar armar el once inicial ni para tener variantes en el caso de aguantar un resultado o para tratar de cambiarlo. Y ahí vuelvo a Assman y lo innecesario de su accionar, de lo imprudente de su salida. Con todos los defectos de planteo y visión de partido, de no ser por el arquero, los tres puntos eran posibles.
¿Faltaron piernas? Quizás. ¿Se esperó muy atrás? Puede ser. ¿Se respetó demasiado a Huracán? No lo creo. La realidad que estamos peleando en el barro, en la mierda que se llama descenso, y así se pelea y un gran desafío del conductor es enseñarle a este piberío y a los grandes, a pelear en estas situación incomoda y desconocida para varios. No podemos esperar ser un equipo lírico y avasallante cuando no tenemos nada, ni siquiera para aguantar un partido ante un rival que de tres llegadas nos convirtió en una donde el arquero es total responsable.
Y vuelvo al marco y a las no incorporaciones, y vuelvo a pensar todo lo mal que se hizo hasta ahora para que se llegue a este punto de ruptura, de vorágine, de ansiedad destructiva, de enfrentamiento. Un punto donde, en el barro, deberíamos estar unidos y estamos totalmente despedazados.
Se vienen Independiente y Boca para levantar cabeza, casi como un golpe al alma, y para cerrar ese dolor, enfrentar otra batalla por el promedio ante Olimpo en Bahía. En tres semanas podemos pisar el averno o seguir peleando en el barro, con nada, esperemos sin Assman y con una angustia en el pecho y el alma abarrotada de temores.
EN EL BARRO
Rodrigo Javier Martínez, 28-03-2017
