ESPERANZA Y REALIDAD

Rodrigo Javier Martínez, 08-05-2017
Un poco de realidad y un poco de esperanzas, eso es lo que me dejó el partido de Vélez del martes. El cierto convencimiento de enfrentar a un rival superior y el envión de los dos partidos ganados me dejaban un mix raro, sensaciones encontradas entre la fe de una victoria que nos catapulte a levantarnos definitivamente y la certeza de enfrentar a un rival de fuste, al campeón. Y la verdad que el partido terminó siendo eso, un rejunte de sensaciones: El dolor de la derrota y la esperanza de saber que hubo algo que, para hoy a la noche, puede dar frutos de cara al partido contra le Pirata.
El primer tiempo fue absolutamente local. Lanús dominó con absoluta tenencia de pelota y verticalidad. Abriendo bien la cancha los de Almirón dejaron en evidencia el problema de laterales, no solo por rendimiento de los defensores, sino como se para el mediocampo para esperar al rival y como retrocede en los ataques malogrados. Otra virtud del equipo granate fue el circuito de la pelota, que desnudo nuestra principal falencia, el doble cinco cuando juega Desábato, jugador que ha mostrado de sobra no estar a la altura de este Vélez que, hoy por hoy, necesita un volante central por sobre todo, para apuntalar las felices apariciones de Caseres, Mancuso y Dominguez. Desde estos errores conceptuales, básicos y recurrentes, nuestro Fortín no pudo parar los embates locales liderados por el Laucha Acosta por derecha y Toledo por izquierda, y aquí me detengo para remarcar el cruel cinismo del destino que se divirtió con nosotros, cuando en el minuto 18, el ex Vélez escaló, una vez más, ante el débil Caire, para descargar con el eterno Sand, que aguanto y pivoteo ante la frágil marca de Nasuti, asistiendo a Toledo, que había seguido la jugada esperando la devolución, quien definió tranquilo ante la salida de Aguerre. Era el primero de lo que pudieron haber sido muchos pero Lanús falló en los metros finales y Vélez, con vergüenza, aguantó para casi empatarlo sobre el final con un centro que Zabala no pudo conectar.
Hasta aquí no hubo muchas diferencias con respecto a malas performances anteriores. Vélez sometido, esperando algún manotazo de ahogado sin levantar la guardia y esperando el papelón. Pero no todo fue sombras. Vélez salió con otra actitud al complemento. Adelantado en el campo, con un Caseres más activo relevando las subidas de los externos, con el Burro intratable, con Pavone pivoteando y peleando y con un Correa lagunero, pero a veces efectivo, el equipo fue a buscar el empate siendo un poco más que un rival ya cansado por el esfuerzo de la Copa y el Campeonato. Y pudo haber sido el empate de Correa, pero cuando alguien no tiene aura no hay mucho para remar y el Coco definió por arriba del travesaño para que el destino se nos vuelva a reir porque al minuto de la desgraciada definición del 10, y en el mejor momento de Vélez, la defensa volvió a fallar para que Lanús coloque el segundo y definitivo resultado. Este segundo gol volvió a mostrar las falencias defensivas en la transición defensiva y en el orden táctico. Más alla del error de Grillo en la salida tras recuperar un balón, Nasuti no ocupo los espacios y los laterales cerraron lentos y pasados. Ante rivales como Lanús, un equipo como Vélez debe rendir al 110% y no fallar. Lejos estuvo del porcentaje aunque mejoró en cuanto actitud y entrega, pero falló, grave, dos veces que se reflejó en un marcador justo, principalmente, por lo hecho en el primer tiempo del local.
Vélez no fue el Barcelona, pero el segundo tiempo nos dejó una mejor imagen de un Vélez que seguía el paso de derrotas como las de Boca, donde el equipo no dejo nada, ni siquiera la moral. Hoy Vélez debe ganar o ganar, para alcanzar a un rival directo y para sumar en una tabla brava que pasó de estar limitada a unos pocos para ser de varios equipos, esto Vélez debe aprovecharlo, para escaparse y para sacar diferencia en un torneo que hundió a varios que hasta hace pocas fechas estaban tranquilos.
En una semana rara, con presentaciones políticas, cuestiones ajenas a la pelota e intrigas de palacete, Vélez debe pensar en Vélez y sumar de a tres para que la esperanza sea un poco mas realidad.
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