SACRIFICIO

Rodrigo Javier Martínez, 11-05-2018
Hoy Vélez es entrega, es sacrificio, un constante rodar de esfuerzo para sobreponerse a cada enorme y alto escalón que esta batalla con la tabla brava nos pone en cada fecha. Ya mucho tiempo pasó desde las 3 bombas de estruendo y los 22 minutos jugados aquél 7 de Abril donde la barra de Colón pisó fuerte para hacer valer su valía cagándose en socios e hinchas sabaleros, en ese tiempo el Sabalero perdió fuerza de fuego y Vélez se afianzó en todas sus lineas entendiendo, cada día mas, la idea de juego del Gringo Heinze. Por ende estos dos tiempos de 34 minutos con la combinación del presente de cada uno y lo arriba mencionado reflejo, rápidamente, quien sería protagonista del partido. Vélez salió a dominar el partido en todas sus lineas. Los centrales muy firmes, los laterales con mucha presencia y criterio ofensivo y efectivos en la marca (algo que Ortega no venía manejando). El medio fue una sinfonía velezana en la primera mitad. La inteligencia y entrega de Caseres, el esfuerzo de Dominguez y el futbol de Robertone le dieron a Velez una superioridad que se reflejó en dos claras situaciones de gol que podrían haber abierto el marcador. Arriba el Mono no pudo hacer pie por el estado del Campo, Mauro estuvo intermitente y Bouzat no gravitó en desequilibrio aunque su generosidad para dar una mano a la recuperación es emocionante.
Vélez fue más y mereció algo en un primer tiempo que pudo comentarse como tal, pero para el segundo tiempo todo se desdibujó. La lluvia, el campo de juego y las urgencias locales por entrar a la Copa hicieron que el inicio de la segunda mitad tenga a Colón como protagonista, pero basados en la firmeza defensiva y la entrega del resto del equipo, el Fortín supo aguantar los primeros 10 minutos de embate sabalero. Mauro de doble cinco, Bouzat cerrando como un lateral defensivo, Vargas apuntalando la banda izquierda, Robertone buscando al 10 rival, Vélez era un conjunto de voluntades férreas y enfocadas en llevarse algo de Santa Fe, no caer, dejar el camino de angustia. Vélez no quería perderlo, de hecho, quería ganarlo. Y a los 11 minutos ese sueño se transformó en realidad cuando Mauro tuvo un tiro libre que, tras rebotar en la barrera, entró bombeado sobre el cuerpo del muy buen arquero Rodriguez. Y en ese momento vuelvo a los sentimientos, que me llaman en cada nota, y me pregunto como habrá gritado ese gol cada fortinero y me convenzo que fue con garra, con fuerza, como lo que demostró el equipo en cancha. Los minutos restantes fueron una afirmación de los adjetivos utilizados. Bajo una lluvia intensa, el agotamiento, una cancha ya injugable, Vélez se defendió con dureza e inteligencia. Bouzat fue puro sacrificio cerrando una corrida peligrosa de Bernardi y un cruce eficaz de Laso en el primer tiempo fue lo único de riesgo que preocupo a un Aguerre que solo tuvo que estar atento a pelotazos frontales sobre el cierre del partido, porque ni eso pudo Colón, patear al arco, solo tener la pelota sobre el final y llenarse de intenciones que fracasaron.
Vélez ganó merecidamente, dominando el juego, siendo protagonista y aguantó el final con oficio y autoridad. Se puso el overol, se puso el frac, puso lo que había que poner en cada momento del partido, desde el arquero hasta el delantero, desde el mas viejo hasta el mas joven, desde el mas resistido hasta el ídolo máximo. Así se puede ganar o perder, pero siempre la gente va a estar acompañando, porque el sacrificio es todo, porque entender que pelea este Vélez es la clave de todo este proceso, pero si se gana como ayer será mucho mejor.
Ahora la última fecha, con rivalidad, con historia, un último pedido, un último esfuerzo, que el sacrificio el domingo sea de todos, a dejar la vida porque la historia de Vélez así lo requiere.
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