No hay paz. En Vélez no hay paz. Los medios nos demonizan ante una traición vil, la dirigencia se enfrenta con el cuerpo técnico, se nos va uno de los jugadores claves, quedamos eliminados ante un equipo de tercera categoría. Una novela que ya vimos y que, ilusamente, pensamos que podíamos dejar atrás entre todos.
Es verdad que la la traición del que no se puede nombrar fue el puntapié inicial para una sucesión de hechos bochornosos, pero hace rato que en Vélez no hay finales felices, entonces, porque pensar que esto iba a ser diferente.
Lo de ayer fue una página negra mas en nuestro historial de papelones, que de mas esta decir, no merecemos. El augurio no era el mejor. No había llegado el transfer de Dominguez, un pibe casi se mata con los micros y la continuación con el pitazo inicial no iba a ser menos. La presencia de Mendez fue solamente eso, una presencia. Sin acomodarse en la cancha ató a Robertone y a Dominguez a cuidarle las espaldas en un juego desprolijo y falto de paciencia. La generación terminaba en un ir de lateral a lateral intrascendente que no llevaba peligro a un equipo que jugaba su primer partido en meses. Igual, para no olvidar, detalle no menor, en el medio gol de los santiagueños. Pelota aislada, Renzo Perez se lleva puesta la pelota ante la marca atónita de Mendez (si, otra vez Jebus) y el Ferroviario gritaba el primer gol del partido. Luego del gol siguió todo igual. Poca profundidad, nada de cambio de ritmo. Algo de Dominguez y nada mas. Y a agarrarse cuando la pelota pasaba la mitad de la cancha, porque en el fondo el cristal estaba a punto de romperse. Poco del peruano, algo de Diaz y nada, pero nada, de Ortega y Arena. A falta de 14 minutos el Monito se encontró con un regalito del arquero blanquinegro y empató un partido que Vélez nunca mereció ganar. Los penales fueron parte del caos y Bazán cerro el derrotero de la definición.
Vélez quedó afuera temprano de un objetivo, y esta dura derrota nos expuso en muchos aspectos. ¿Desidia dirigencial? ¿Falta de autocritica en la conducción técnica? ¿Ausencia de jerarquia? El hecho real es que Vélez logró asomar la cabeza fuera del agua y en menos de dos semanas, con un solo partido jugado, se volvió a sumergir en las sombras, porque en Vélez, la paz no existe.
Foto: Sitio Oficial Vélez
SIN PAZ
Rodrigo Javier Martínez, 18-07-2018
