Nadie puede negarlo. Esperamos el Mundial de Rusia con una sonrisa en la cara. Nos falto un poquito para la Sudaca, pero lo más importante era saberse con aire, ver muchos equipos abajo, ver otros tan cerca. Estabamos bien, hasta que, como por arte de magia, estalló la angustia.
Nos asustamos con la posible partida de Mauro, pero nos ilusionamos con su palabra y hasta pensamos en Copas. De repente su partida, su traición, nos doblegó, nos pegó abajo. Los ánimos cambiaron, la desesperanza se apoderaba de a poco y era difícil dar vuelta la pagina.
De repente nos levantamos con la noticia de la partida de Santi Caseres al Villarreal. Era el jugador a vender, nos asombraba, pero en nuestros fueros internos sabíamos que podía pasar, incluso teníamos la certeza. Las sombras nos avanzaban.
El partido por Copa Argentina era una desafió, no por lo que representaba en si mismo, sino porque era la manera de arrancar con el pie derecho ante tanta tristeza, ante tanta desolación. Era dar vuelta la pagina con una victoria, pobre o minuscula, pero victoria al fin.
El no transfer de Dominguez era un mal augurio, las voces de refuerzos que se caían, una formación rara y un trámite desalentador terminaron de cerrar el circulo de pesar.
Vélez se iba temprano de la Argie Cup y dejaba expuesta todas nuestras miserias. Lo que, hace dos meses, era una ilusión feliz y renovada, hoy es pesimismo hasta las tripas.
Jugadores en el fuego cruzado, dirigencia enfrentada con el cuerpo técnico, grieta en la gente. Volver a vivir momentos de angustia que uno pensaba olvidados.
No llegan los refuerzos y el clima es nefasto. Pase lo que pase, en el medio siempre está el hincha, objeto de cargadas, devastado en su animo y preso de la desilusión e impotencia.
Basta, el hincha no se merece esto, por favor: BASTA.
CHAMPIONS
aeromaiden 1-3 Club Atlético El Fortín de Liniers
¿Final anticipada? Sino fuese porque queda en camino, para la gran final, el inacabable Clemente, yo diría que si lo fue. Duelo de históricos, de grandes técnicos, de dos viejos conocidos, que quedo para nuestro enorme amigo fernetero. Una Champions más para sus vitrinas, un trofeo más para sus laureles. ¡SALUD FORTIN DE LINIERS! ¡SALUD!