No se si estaré falto de ideas o ya me enamoré del concepto de "frase hecha" como resalté el comentario pasado, pero la realidad es que el "de menor a mayor" es el concepto, trillado y usado, que mas grafica la victoria del lunes sobre Aldosivi.
Todo lo anterior apuntalado en dos conceptos básicos: ¿El primero? Vélez tiene paciencia y tiene fe en su idea de juego. Se nota en los arranques, se nota en la circulación del balón y hasta se nota en la impaciencia de la gente que, con el correr de los minutos, se ofusca por la falta de jugadas o de profundidad. Pero la realidad es que Vélez, de local y aunque no cuente con situaciones de gol, no sufre los embates del rival y es amo y señor del trámite. Con falencias y limitaciones, pero es el único protagonista de los partidos que se juegan en el Amalfitani. ¿El segundo? El rival. Aldosivi fue un equipo distinto al que nos visitaron este torneo y se ve reflejado en la tabla. Prolijo, ordenado y eficiente, se sabe su librito al pie de la letra. Dos lineas de cuatro, presión constante y agazapados para salir de contra y llegar con gente al área rival. Vélez, de menor a mayor, anuló al rival y sostuvo su idea de juego con el correr de los minutos.
Y todo esto se vio reflejado con un comienzo de mediana intensidad donde Aldosivi corto circuitos de juego y le quitó comodidad al juego asociado de Vélez. Vargas estaba muy recostado sobre la banda, Robertone no lograba conectar con los de arriba y el doble 5 tenía mucho la pelota pero no lograba verticalidad. Media hora tuvo que pasar, aproximadamente, para que se movieran las melenas fortineras en la tribuna con una llegada de Robertone que murió en el techo del arco tras un pase bochinesco del Monito y una segunda jugada de Diaz que, llegando al fondo, remato cruzado y fuerte a las palmas abiertas de Pocrnjic. Ese salir de la modorra fue un quiebre en el partido, Aldosivi sintió el golpe y se replegó hasta el final del primer tiempo. La segunda mitad no mostró esa duda del principio y Vélez salió a buscarlo, con las mismas limitaciones por el esfuerzo rival, pero con mas convicción y seguridad. Pero a diferencia de la primera mitad Vélez contó con una cal y una de arena. No se nunca cual es la mala y cual es la buena, pero a los 5 minutos del complemento Robertone, de flojo partido, salió por un esguince de tobillo y entró Almada, una promesa de oro, que le cambió la cara al equipo. Le dió frescura al ataque fortinero y liberó a Vargas de la responsabilidad de la continua creación de riesgo estando lejos del arco. Esta vez, más temprano, comenzaban las jugadas de riesgo. Dos cabezazos de Salinas se fueron cerca, un milagro en el area que Abram no pudo convertir en gol, Vélez cascoteaba el rancho marplatense y avisaba constantemente que quería los 3 puntos. Y nuevamente a la media hora vendría lo mejor, pero esta vez con un gol. Almada lustró la lampara y cambio de ritmo para asistir a un Bouzat que metió un slalom paralelo al área que dejo a Vargas en el vértice del área perfilando al centro. El Monito acaricio la bocha y puso la pelota al segundo palo abriéndose de la estirada del arquero. Golazo y el estallido de miles de gargantas que sentían que la victoria se acercaba aunque era acechada por los fantasmas de la falta de gol. Quedaría tiempo para el cabezazo de Salinas y el 2 a 0 tras un centro INCREÍBLE de Almada en una pelota parada. Pero el daño del Monito era suficiente para cerrar el partido.
Vélez cerró una actuación muy buena tras un comienzo dubitativo. Tuvo grandes rendimientos y algunos siguen con deudas, pero a nivel general Vélez va por el buen camino. Se vienen los sanjuaninos y ese siempre temor de ir de visitante, cosa que El Fortín está obligado a remontar de cara a buscar el tan deseado aire que está al alcance de la mano. No solo olvidarse del descenso, sino buscar vuelo internacional que hace tanto no tenemos. No es imposible, si pensamos de menor a mayor, la lógica nos acompaña, solamente tenemos que seguir esta senda.