SUBITE

Rodrigo Javier Martínez, 29-11-2018
Dale, no seas malo. Yo se que te cuesta, pero la realidad es que todos nos tenemos que subir a la Gringoneta. A veces es caprichoso, a veces parece soberbio, a veces hace cambios increíbles, pero la realidad es que después de mucho tiempo Vélez ha logrado una identidad de juego, algo que nos identifica como equipo y que hoy por hoy da resultados. Obviamente que a mi me costó, pero definitivamente, después de tumbar otra cruz, ganar de visitante, definitivamente el Mister tiene mi derecha.
¿Y porque la tiene? Porque definitivamente este Vélez no es el de hace 6 meses. Es un equipo trabajado, con una gran respuesta física, con alternativas dentro de la cancha (quizás falta un poquito afuera) y con una idea de juego que los interpretes llevan adelante de manera correcta y eficaz. Pero cerrar todo alrededor de Heinze es ser injusto con otros protagonistas. El ingreso de Hoyos le dio una confianza a la defensa de la que veníamos careciendo, ya que el mendocino estuvo seguro en el juego aéreo y en los pelotazos frontales, quizás la única arma ofensiva con la que contó el equipo local ante un Vélez que fue absoluto dominador del partido. El regreso de Laso también fue fundamental, pero hoy gran parte del equilibrio está en el medio campo. Aquellos que sufríamos con la venida, o no, de un cinco de ciertas características hoy disfrutamos el tandem Dominguez - Gimenez de manera casi orgasmica. Y como si fuera poco el equipo ahora cuenta con una dupla vertiginosa en Almada y Vargas que se suman a las subidas de Cufre y el lateral derecho de turno. Vélez cumple su libreto al pie de la letra, el domingo Unión, por momentos, molestó, pero más que por obligación que por otra cosa. Y para colmo de males, Robertone entró enojado y clavó una joyita para el 2 a 0. Antes, el Mono, a lo Bochini, había habilitado a Dominguez quien le rompió el kiosquito a Nereo Fernandez.
Ni el arbitraje calamitoso de Trucco, ni un rival de fuste como el Tatengue en una cancha jodida como la santafesina, nada pudo con este Vélez que nos hace ilusionar, al que aún le falta mucha tela para cortar pero que nos hace olvidar de la tabla brava y nos acerca a las tablas coperas. Un Vélez de galera y bastón pero al que no se le caen los anillos y trabaja con el mameluco con garra y fuerza. Un Vélez que nos llena de esperanzas.
Dale, no seas malo. Subite a la Gringoneta, yo ya me subí.
00395 7066f0375e