No fue el mejor comienzo, tampoco es la entrada al infierno, la crítica debe ser mesurada y en su punto justo. Quizás el golpe sea mas duro porque la ilusión, al finalizar el torneo, era mucha, las incorporaciones buenas, parece que Almada no se va y la base del equipo no se había roto, a pesar de la salida del Monito Vargas. Quizás (y mas quizás) lo que duela de la derrota era que la vara estaba alta y la ilusión en su máximo nivel.
Pero la realidad es que Vélez, en Córdoba, no dejo de ser Vélez, con la diferencia que fallaron muchas individualidades y que la suerte no estuvo de nuestro lado y que, aparte, no la acompañamos en pequeños detalles. ¿En que detalles? No nos adelantemos, pero para arrancar el resumen podemos decir que una de las principales falencias es que Vélez no fue profundo. De nada sirve tener el 70% del tiempo la pelota si vas a tener una sola situación de gol, porque al fútbol se gana con goles y a lo sumo, si no los metes, no dejes que te los metan, y Talleres, en su única jugada, de contra, bien desde el fondo, nos vacunó con la obra y gracia de la Diosa Fortuna, porque Menendez, a pesar de su buena jugada, la terminó como el Oso Arturo, cayéndose, pero clavándola en el angulo. No se puede depender de la suerte, porque es sabido que pocas veces nos acompaña, y el claro ejemplo fue el partido del domingo, la diferencia en un partido chato y ordinario fue un par de errores y un resbalón.
Pero ahora vamos a los detalles, quizás el único y puntual. ¿Porque ir sin centrales en el banco? ¿Porque animarse a cambiar de figuritas en medio del partido? Obviamente que uno lo dice con el diario del lunes, porque con las lesiones de Gianetti y Cubero, y la puesta a punto del uruguayo De Los Santos, es difícil plantear una defensa sólida. Pero la apuesta de Brizuela no fue incorrecta, al contrario, porque el oriundo de Moreno se mostró firme y claro en un partido picante y enfrentando a bueno delanteros. A mi entender, y repito que con el diario del lunes, el error no fue llevar a un central para enfrentar cualquier eventualidad, hito que ocurrió a los 60 cuando Brizuela salió reemplazado por Galdames y Gimenez se metió a la cueva. ¿El gol de Talleres vino por un desacople proveniente de dicho cambio? ¿Ausencias de relevos? ¿Descompensación en el retroceso? Será dificil saberlo y sería injusto afirmarlo, pero la duda siempre va a quedar.
Por lo pronto el torneo nos da revancha pronto, y una revancha de estirpe, debutando en el Amalfitani después de tanto tiempo. Se viene Rac*ng y con el campeón un nuevo desafío para arrancar, esta vez, con el pie derecho.
CON EL PIE IZQUIERDO
Rodrigo Javier Martínez, 31-07-2019
