El domingo se cumplieron 25 años de la gesta más importante de nuestra historia, y eso que de gestas vivió nuestra institución. Pero quizás esta sea la alegría mas grande de nuestra existencia.
La Copa Libertadores ya había sido algo inimaginable, pero ¿ganarle al Milán? Era impensado. Empezaba a haber contras, atrás ya quedaba esa unión total del fútbol argentino, que empujaba detrás nuestro, para ganar la Copa del 94 tras los relatos de Quique Wolff y los comentarios de Alejandro Apo por Telefe. La envidia ganaba lugar y el folclore se transformaba en resentimiento. El Bicho nos había colgado una remera del Milán en el partido anterior a nuestro viaje (en una tarde infernal y un partido somnífero), los compañeros del colegio se mofaban por adelantado y los periodistas nos honraban por la gran campaña, pero no daban crédito a una victoria.
Esa mañana ya no era fe, era orgullo, era estar ahí, pero cuando vi a esos 11 gladiadores salir del túnel, enfurecidos, cegados por la gloria, mirando a sus rivales con desprecio, dispuestos a morir en cada cruce, me di cuenta que ese orgullo paso a ser fe, nuevamente, y nervios, sabía que algo podía pasar... y pasó. El enorme Chila levantando un muro, la defensa clavando las picas para parar los embates del potente Rossoneri de Capello, un medio batallador y generoso, y arriba la solidaridad y la sanguinaria potencia de nuestros Panzers. Todos preparados para todo y batallando cada pelota y minuto. El primer tiempo pasó en medio de cada pelota dividada, en medio de cada esfuerzo, hasta que en el segundo tiempo el inteligente Pepe Basualdo buscó el área y nuestro guerrero Turu fue agarrado por el ya asustado Costacurta. Trotta cambio el penal por gol. Podía pasar. Podíamos soñar y ese sueño se hacía realidad cuando Costacurta buscó un pase atrás a su golero, pero nunca pensó que ese pase podía ser leído por nuestro Super Turco quien intercepto la pelota, dejando en el camino y definiendo sin angulo cayéndose. Era el segundo, era la gloria, era la estrella más preciada.
25 años de esta pagina mitológica de nuestra gloria.
Gracias, desde lo mas profundo de nuestros corazones a estos gladiadores que fueron a la guerra y volvieron con el botín mas preciado, haber entrado en la historia para convertirse en leyendas.
BODAS DE PLATA
Rodrigo Javier Martínez, 06-12-2019
