MOMENTOS UNICOS

Rodrigo Javier Martínez, 04-04-2020
Una reflexión hermosa de uno de nuestros miembros, Nahuel Cerda. No dejen de leerla.

Hay sensaciones que son difíciles de explicar, sentir, hablar o percibir. Sin embargo, en muy pocos lugares se puede encontrar esto. Cada vez que entro al “Teatro Colon” del futbol argentino, al hermoso José Amalfitani siento tantas cosas, no pienso en mucho solo quiero ganar y ver un buen partido, pero, hay algo que no me deja de sorprender. Todo lo que se vive ahí es increíble. Alegrías, enojos, tristezas, molestias, en ocasiones especiales llantos pero en un mismo lugar. No soy de emocionarme por muchas cosas, diría que por casi nada. El “casi” lo digo, porque cuando voy a la cancha, veo a toda esa gente yendo por un mismo amor, que quiere lo mismo que yo, que invierte su tiempo, energía y dinero en una sola cosa: Vélez Sarsfield. Muchas veces paso el molinete de la puerta nº 6, camino y escucho la gente cantar, mis pelos de punta, ojos vidriosos que creo que quizás es por el viento hasta que quiero seguir la canción y no puedo, una sonrisa que se forma automáticamente sola. Subo las escaleras, veo las luces, me saco mi cadenita fortinera hacia fuera de la remera y pido al cielo que nos vaya bien. Busco a la peña, en el mismo lugar de siempre hace años. Saludo a los chicos, me ubico y me acuerdo cuando era un nene que fui por primera vez con mi hermano, años más tardes a veces estoy con mi hermano y otras no, pero tengo el mismo asombro de la primera vez que estuve allí. Salen los jugadores canto y grito hasta que la garganta me lo impida. Comienza el partido, vuelvo a pedir al cielo que las cosas salgan bien. Una vez pasado el pitido del árbitro, empieza todo lo que se encuentra rara vez, insultos, aplausos, gritos, chistes, aliento y nunca faltan los dt en la popular, el pesimista, el que elogia hasta lo malo y los que gritan el gol antes de tiempo que reciben insultos en todos los idiomas. Tantas personalidades juntas, tantas costumbres, pensamientos y sensaciones diferentes unidas por una misma pasión. Una pasión que le gana al cansancio, al tiempo y hasta a otros compromisos. Personas que Vélez influye en su vida demasiado, los ánimos, las ganas o pensamientos. Yo creo que a veces nuestra relación toxica es Vélez, amor, enojo, decepción, felicidad y aunque a veces no queres verlo te puede y lo ves igual. Las canciones para muchos son muy literal, “Todos los momentos que viví, todas las canchas donde te seguí” “Vélez se metió adentro de mi corazón” “Yo voy a dejarlo todo por la V Azulada” son algunos de los ejemplos. Termina el partido, ganemos o perdamos hay personas descontentas, conformes o indiferentes con el equipo o el resultado, pero puedo asegurar que el próximo partido de local estarán nuevamente, con las mismas ganas restauradas. Ahora mismo escribo esto en mi escritorio, veo mi cuarto. Todo es azul y blanco, cuadros, vasos, pelotas, sabanas, todo de mi fortín querido. Voy terminando este texto, leo el comienzo y yo comente que no pienso en mucho cuando voy a la cancha, quizás mentí o simplemente Vélez ya es parte de mí.

Nahuel Cerda.
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