APRENDIENDO

Seguimos con la carga emotiva, porque Vélez es así, no podías arrancar con Patronato, tenías que arrancar, luego de volver al plano internacional enfrentando a un grande del continente, contra Huracán luego de semanas de debate, uno que ya agota de lo obvio, por quien debería ser cabeza de serie y el famoso título de “sexto grande” que algunos quieren sostener con revisionismo y no con lógica.
Nuevamente el Amalfitani sería testigo de otro debut. Esta vez la Longanizeta iniciaba su derrotero en el plano nacional por los porotos, unos porotos bastante polémicos, por lo irregular del comienzo de esta Copa entre campus, operativos de seguridad, clubes complicados en lo económico, canchas vacías y la política metiendo la cola, cuando no, en el futbol argentino. En este marco, Vélez arrancaba su camino en el grupo 6, un camino de espinas y no de pétalos de rosas ya que no sería fácil como se vio en el arranque del partido. Vélez fue dominante, con el control de pelota pero sin profundidad, mientras que Huracán achicó líneas y se replegó esperando su momento. Algún disparo lejano (Tarragona y Caseres) y buenas intenciones no podían disfrazar problemas defensivos y un esquema que no encuentra a los jugadores correctos, o al menos no los rendimientos que uno esperaba. El 11 inicial de Vélez contó con varios sorpresas como las presencias de Mainero y Caseres, más la de Brizuela en la última línea. El blondo extremo, ex Instituto, tuvo un primer tiempo siniestro, mientras que Caseres no se animó a mostrar su valía, le faltó confianza, que recuperaría en el complemento. En tanta posesión, sin lastimar, Huracán aprovechó graves problemas en las transiciones, y en una contra, su mejor jugador, Briasco encontró el primer gol ante un disparo cruzado con una floja respuesta de Hoyos. Huracán no merecía ni por asomo la ventaja, pero Vélez tampoco hacía mucho para emparejar el trámite. Centurión no entraba en juego, Tarragona quedaba lejos y peleando con los centrales y lo que Huracán había mostrado como plan de juego se transformo en ideología de vida, buscando, definitivamente preocuparse por el arco propio.
El segundo tiempo tuvo otros aires. El ingreso de Orellano por Mainero dejó en claro que hay nombres que no pueden faltar en el equipo titular y otros que, lamentablemente, solo podrían ser alternativa de alguna escuadra optativa. Y también nos dejó la absoluta certeza que Pellegrino deberá pronto dejar de probar por los puntos y encontrar un equipo con el cual enfrentar ambos torneos. Esta idea sea afianzó con los ingresos de Almada y Janson. Estos 3 cambios le dieron a Vélez otra profundidad y otra impronta que dejó bien en claro la diferencia de jerarquía entre ambos equipos. Pero solo el ingreso de Orellano, y seguramente la charla del entretiempo, lo plantaron al equipo 10 metros adelante para realizar una presión constante con y sin pelota. Este acecho sostenido y agobiante terminó en un tiro libre que Ricky Alvarez colgó del ángulo del arco de Cambeses para poner el empate en uno. Un golazo a la medida de Ricky que nos regaló esta joya con su pie izquierdo. Los ingresos antes mencionados, de Almada y Janson, terminaron de convencer al Globo que el empate era bueno y el partido se calmó para terminar en unos 10 minutos finales donde Vélez pudo haberlo ganado pero también perdido.
Esa sensación de bronca y conformismo es rara y se entiende desde la diferencia entre el primer tiempo y el complemento. Una primera parte donde Vélez, más allá de la posesión, careció de ideas y sufrió graves errores posicionales y una segunda mitad donde Vélez impuso condiciones, asumiendo riesgos, pero con la clara intención de irse con algo. La ultima de Janson deja ese gusto amargo de haberse sabido ganadores y la imperiosa seguridad que Vélez es mucho mas que Huracán. Dependerá de Pellegrino encontrar, ya con premura, el 11 inicial que mejor opciones le de al equipo. Fueron dos partidos de aprendizaje, suficiente de cara a la vuelta en Montevideo, donde nos la jugamos a todo o nada y nada no es una opción.

Foto: Sitio oficial Club Atlético Vélez Sarsfield.