PRIMEROS 90

Rodrigo Javier Martínez, 08-01-2021
Se fueron los primeros noventa entre polémicas, suspicacias, diferencias de jerarquía y la sensación que no estamos muertos. Por si no se dieron cuenta, les aviso que escribo sobre Vélez, pero que falta hace aclarar si ya sabemos hace tiempo que Vélez es un maremoto de emociones y locura.
Nada empezó bien. En la previa los medios comenzaron a informar sobre posibles casos de covid positivo en el visitante que, con el paso de las horas, se hicieron realidad. Aaparecieron contrapruebas, acusaciones de un supuesto laboratorio fortinero, los recuerdos de la negativa por la inclusión de Orellano por parte de la Conmebol y un millar de condimentos que hicieron del escritorio el tema central.
Finalmente el partido comenzó y el Fortín tenía que mostrar su valía dentro del verde césped. El comienzo fue el esperado: dos equipos que mucho se conocen y con laburo empezaron a analizarse en pos de sacar la mejor tajada. Vélez parecía tener mas carácter para buscar, pero Lanús, al acecho, era de temer. Hasta que en el minuto 25 pasó lo inesperado. Centurión entró al área, gambeteo a Morales y definió por sobre la salida del mismo, aunque el arquero, con el envión se llevo puesto a Ricky y era penal para Vélez. Claro. Indiscutible. Desde aquí, la debacle y la frustración se hicieron carne de Vélez y la principal diferencia entre ambos equipos comenzó a notarse: la jerarquía. Tarragona, de excelente presente, como con Católica, tomo la responsabilidad y con una displicencia, no característica de el, envió la pelota a las manos del joven golero granate. De la ilusión a la desazón en un instante. Era el comienzo del fin, porque 13 minutos mas tarde un pelotazo x frontal (única herramienta rival de ataque) que Orsini busco con poca fe, se convirtió en otro error garrafal defensivo. Salida lejana y dudosa de Hoyos, cierre lento y desatendido de Gianetti y gol de Sand que, solo, estaba donde tenia que estar. ¿Mucho premio para Lanús? Si. ¿Castigo merecido para Vélez? Si. Al parecer el hombre no es el único animal que puede tropezar dos veces con la misma piedra, al parecer Vélez también. Sobre el final de la primera mitad, para cerrar con mas angustia, Galdames, el mejor jugador de Vélez, saco una media vuelta a quemarropa sobre la línea de cabeza. Un milagro que hoy mantiene a Vélez en la serie.
El complemento se hizo mucho mas peleado y trabado. ¿Las razones? Lanús se sentía cómodo y su misión estaba hecha y el gol de visitante ya lo acomodaba mejor de cara a clasificación. Los ingresos de Almada, Mancuello y Orellano le dieron mas poder ofensivo a Vélez que fue a buscar con mas entusiasmo, aunque encontró a la figura del partido, Morales, o a la falta de puntería, como fue la ultima de Tarragona que, solo, la mandó por encima del travesaño.
Un equipo no cometió errores, el otro si. Un equipo está acostumbrado a estas instancias, el otro no. Un equipo desequilibra con jerarquía, el otro no. Muchas diferencias para una instancia tan decisiva y vital, y aunque la serie este lejos de estar definida, es obligación que Vélez deje la vida en la Fortaleza para anotar otra gesta heroica en esta Copa. No se pueden cometer errores, se debe suplir la falta de jerarquía con valentía y hay que hacerse la experiencia al andar, porque Vélez es grande, con o sin escritorio y sin importar su rival.
A matar o morir, otra no queda.

Foto: Sitio oficial Vélez Sarsfield
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