DEBER SER

Rodrigo Javier Martínez, 19-01-2021
Se cumplió con la obligación moral que arrastraba Vélez de ganar esta Zona Complementación. Desde el minuto uno, del primer partido de esta fase, El Fortín tenía el deber histórico de hacerse con este torneo. No solo porque la historia así lo manda, sino para reconciliarse con su propia vergüenza deportiva luego de quedar eliminado en un grupo con rivales inferiores y en el cual se habló mucho antes, durante y después, acrecentando el dolor y la humillación.
En San Juan vimos a dos Vélez. Uno relacionado al planteo de arranque y otro que empezó a mostrarse con el ingreso de los recambios. El primer Vélez, el del primer tiempo, fue tedioso, predecible y sin desequilibrio, incluso perdió la posesión de la pelota, una virtud, o característica, del Vélez de Pellegrino que no suele faltar. Sin embargo el que plantó condiciones fue la escuadra velezana cuando Laso bajó a Bouzat de manera burda en el área. Losteau cobro penal y Centurión, con una calidad impecable, metió el 1 a 0. El gol, tempranero, no marcaba nada en el partido, de hecho el trámite fue siempre parejo y se hizo justicia con el empate de Marinelli. Vecchio agarró un despeje sumamente defectuoso de Amor del área, remató al arco y Hoyos, con una reacción lenta para sacar la pelota y para recuperarse, dejo servido el empate canalla en lo pies del juvenil rosarino. El primer tiempo se fue apagando en las mismas condiciones que se prendió: despliegue constante de ambas partes y la presión como herramienta de pelea.
El segundo tiempo sería igual, pero distinto. ¿Por qué la paradoja? Central pelearía con las mismas armas pero con el correr de los minutos los relevos canallas no serían de la estirpe de sus titulares. A los 15 minutos del complemento se daría el primer cambio sustancial, Centurión, de gran primer tiempo, le daría lugar a Almada que entró con muchas ganas. El ingreso de Thiago fue mágico, la defensa canalla se replegó y tomo una postura mas temerosa ya que el juvenil Almada encontraría espacios en las espaldas de Rinaudo y tendría mucha movilidad para buscar espacios. Definitivamente los 3 cambios posteriores dejarían en claro la diferencia de jerarquía de los bancos. Mientras en Central ingresaban ignotos juveniles, los ingresos de Orellano, Monzón y Guidara le daría un plus adicional que el Kily Gonzalez no encontraba a la hora de buscar variantes. Y así fue cuando, en una jugada sucia, un tiro franco encontró una barrida burda y descuidada de Botinelli que fue mano y Almada, con una simpleza increíble, cambio por gol. La expulsión del veterano central canalla parecía sentenciar la serie pero la roja de Galdames dejo abierta cierta exceptiva al emparejar cantidad de jugadores, pero Vélez sería cauteloso e inteligente. El ingreso de Mancuello termino de darle la experiencia necesaria y el equilibrio para contener cualquier embate de los dirigidos por el Kily que apagaron sus ilusiones con la roja a Martínez y el golazo de Monzón, a lo Turco o Búfalo, para cerrar el resultado definitivo.
Ahora a esperar por Banfield, derrotado por el Boca de Russo, para buscar un lugar en la Sudamericana 2022 y asegurarse continuidad en el plano internacional. El Taladro, un equipo trabajado, que sabe lo que quiere y con valores interesantes, será el rival de turno para buscar otra etapa internacional no se sabe cuando, porque el producto siempre primero.
Y hablando de obligaciones, sabemos que nos faltó una crónica, pero el dolor y la herida aún no cierran. Sabrán entender que no somos periodistas profesionales, somos hinchas, y ante un dolor tan intenso, quizás el silencio sea la mejor de las curas.

Foto: Sitio oficial Vélez Sarsfield.
00510 ddfce375e6