Si, estamos punteros.
Y no solo que somos lideres de nuestra zona, sino que además de los últimos 10 partidos que jugamos ganamos 9, una estadística solo igualada por el glorioso equipo del Loco Bielsa.
Ahora me pregunto: ¿Por qué a la media hora del primer tiempo firmaba el empate con sangre? Vélez es caos y sin embargo los números lo ayudan a ser protagonista del torneo. No hay explicación razonable para entender el momento del club. Las elecciones, la goleada contra Boca y un plantel totalmente alejado de la gente y sumergido en cuestiones extra futbolísticas (renovaciones, disciplina, actitudes) hacen que el clima sea totalmente enrarecido y los cuestionamientos sean continuos y agobiantes.
Y no hablamos de futbol todavía. Quizás porque lo anterior pese mas o porque, sencillamente, de futbol no hubo nada. El Rojo sufrió la experiencia nefasta de haber sido el primer grande en enfrentarnos luego del fatídico 7 a 1. Longaniza aprendió y cambio el palo a palo en ofensiva, por palo a palo en el medio y cambio un extremo para armar una linea de 3, convertible en 5, apoyada por el despliegue de un doble cinco batallador. Vélez encontró equilibrio defensivo, pero perdió todo tipo de profundidad, cediendo el manejo de la pelota y buscando errores que el rival no daba. De hecho, las situaciones de riesgo estuvieron en el arco local, no en el visitante. Longa había aprendido, era empate o gol gana, otro papelón no era viable y nosotros firmábamos el 0 a 0 en el marco que se había dado todo.
Pero el segundo tiempo encontró a un Vélez parado diez metros adelante, con la posesión como bandera y a un Independiente mas consiente que la oportunidad de ser protagonista había pasado y que el empate entre punteros parecía ser un buen negocio. Alguna guapeada de Orellano y un cabezazo del Chileno no fueron suficiente para romper a Sosa, pero nada era constante y el empate le cerraba a todos. Pero Vélez es un universo paralelo que no tiene explicación y tras un foul que Galdames bombeo, de manera excelente, al segundo palo el Fortín se llevaría los 3 puntos. Falcioni sufriría, en carne propia, el laboratorio de Longaniza. El centro de Galdames lo bajó Brizuela a la cabeza de Gianetti quien asistió a otro cabezazo del Mudo Abram para ganar el partido. Y digo ganar porque podría haber sido (o debió haberlo sido) empate, pero no por el trámite, sino porque a un minuto del final Menedez rompió el arco de Hoyos, aunque el parante le dijo no al visitante. Era un acto de justicia, pero se quedó en un milagro azul y blanco.
Vélez gana y gana pero nadie esta conforme. ¿En que mundo puede pasar esto? Agrupaciones, cruces, polémicas... y en el medio el hincha, el socio, que sufre y que se ve desgastado por un presente agotador.
Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield