VOLVIMOS

Rodrigo Javier Martínez, 22-04-2021
Hemos vuelto, quizás no con un final feliz, pero volvimos. Hubiese querido una vuelta a lo grande, con el Amalfitani repleto, un recibimiento fervoroso, muchos abrazos en la popular, lágrimas en cada uno de los rostros que tanto han sufrido en estos interminables años de penurias, pero fue lo que nos tocó y aunque el resultado no ayudó: hemos vuelto a jugar la Copa Libertadores.
¿Derrota Digna? No gracias, paso. Pero la realidad es que enfrentamos a un equipo de otro planeta. Flamengo es el Harlem Globetrotters, es el equipo por el que un fan cualquiera pagaría una entrada para ver futbol, pero al mismo tiempo es un equipo al que a un termo promedio argento le causaría 4 infartos por partido. El gigante brasilero no marca, si, como leyeron, el Fla no marca, pero arriba te destroza. Y Vélez aprovechó esa falencia sistemática para generar la primera ilusión cuando en un ataque vertical Janson marcó el 1 a 0 tras una gran jugada de Lucero. ¿Era justo el resultado? Seguramente no. Vélez aprovechaba su momento de lucidez y Flamengo, con dos pases y algún cambio de ritmo, te llegaba abajo del arco, marcando una jerarquía descomunal de mitad de cancha para adelante. Pero no solo tienen calidad, también tienen experiencia y roce copero, ya que tras 45 minutos de queja incesante y presencia en todo aspecto del juego, los brasileros dejaron solo Arao que, con jugada de engaño y foul a Guidara, definió solo ante el mal achique de Hoyos. Se iba el primer tiempo en empate, justo, pero con ese dolor de sufrir un gol en el momento menos esperado.
El segundo tiempo marcó los mismos carriles: los cariocas yendo y Vélez peleando. Nuevamente, temprano en el complemento, dos cabezazos en el área y doblete de Janson para desatar la locura fortinera. ¿Era posible ganar? Si, pero había que ser inteligente y pelear. En esa pelea, nuevamente, íbamos a quedar mal parados y Hoyos derribó, de manera obscena, a Gabigol. Penal y gol del centrodelantero que dejaba en claro que Vélez jugaba al borde de la cornisa en cada ataque visitante. Flamengo siguió siendo protagonista y Vélez se empezó a replegar sin tener desequilibrio desde el banco ya que los ingresos de Orellano o Mancuello no fueron relevantes. De Arrascaeta, a 10 del final, sentenciaría el resultado con un golazo acorde a la categoría brasilera y Vélez no podría tantear otro milagro.
Vélez, realmente, estuvo a la altura pero falló en algo clave, no tener la jerarquía necesaria para saber leer falencias rivales y enfrentar una calidad superior. Solo Cáseres, a quien ese pase punzante le quedaba muy lejos, supo ver ese campo a espaldas de Diego, pero después nadie pudo explotar esa falta de todo que tiene el Flamengo a nivel defensivo. ¿Es para quejarse o criticar? Bajo ningún punto de vista. El partido no amerita reproches y, salvo malas actuaciones como las de Hoyos y Galdames, el resto del equipo peleo con hidalguía y convicción encontrando puntos muy altos en el goleador Janson, el infranqueable Gianetti y el pensante Cáseres.
Ahora a jugarse la ropa en Quito, sin apostar ni un solo centavo al partido contra el Granate, para guardar lo mejor y traerse algo de la siempre complicada altura ecuatoriana.
Vamos viejo Vélez que usted sabe... y usted puede.
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