Con el correr de las horas, lo que el sábado me pareció un empate justo, me terminó cerrando como un "rescatamos un punto". Seguramente puedan decir que Vélez tuvo un digno primer tiempo y no lo voy a negar. Formación alternativa, muchos juveniles y una actitud de hierro para pelear el partido mano a mano ante un equipo de calidad individual, en primera instancia, superior. Pero uno recuerda el gol que erra Piatti, tras la subida de Pillud (contra nosotros es Cafú), y no le queda otra que pensar que el punto fue más que generoso.
Pero más allá de esas sensaciones puntuales que nos dejó el partido es importante reconocer que Vélez jugó el partido de igual a igual y que el primer tiempo, un bodrio soporífero, nos dio un Vélez batallador y guapo, y quizás incluso mejor parado que un visitante que no se terminaba de acomodar en la calle. El cero a cero, al entretiempo, seguramente y sin discusiones, fue un resultado justo.
Pero el segundo tiempo fue otra cantar. Vélez perdió metros en cancha y Rac*ng, con más oficio, adelantó las líneas para manejar el juego aunque solo logró acercarse con poca profundidad. La trama del complemento parecía ser similar hasta que, a falta de 20 minutos, decididamente, tuve la certeza que firmaba el empate. En ese momento los de Pizzi tomaron la iniciativa y El Fortín, definitivamente, esperaría los embates académicos sin poder salir del propio campo. ¿Fue la visita tan avasallante? Seguramente no, pero su superioridad, en ese pasaje del partido, fue clara e indiscutible.
Por eso, ahora que me releo, creo que el concepto de "puntito inteligente" me reconforta y lo festejo con esa mueca cínica, casi canchera, de saberse beneficiado por el destino. Puntazo y a seguir laburando desde lo conseguido.
Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield.