FELICIDAD

Rodrigo Javier Martínez, 31-08-2021
Como cambia todo cuando el camino es rosas y no de espinas. Desde el empate en el Ducó que el único tema, que sobrevoló el Mundo Vélez, fue la llegada del Oso querido al Fortín. Que si, que no, que estaba cerca, que se aleja, que no está nada definido, que es inminente y, de repente, un videíto, algún que otro tweet y todos fuimos más felices. En ese marco de alegría pura y absoluta, por el regreso de un jugador querido, en recuperación y con un puñado de partidos en 3 años (pero sumamente querido), Vélez tenía que revalidar su condición de local ante el golpeado Godoy Cruz. No voy a negar que me senté a ver el partido confiado, exultante por el arribo de Pratto, pero al mismo tiempo, cada vez que pensaba un poco, me preguntaba si estábamos dispuestos a arruinarnos el buen momento, porque al fin y al cabo somos Vélez, y en estos últimos años aprendimos a ser un poco masoquistas.
Pero gracias a los Dioses me equivoqué y Vélez arranco siendo protagonista desde el minuto cero. La movilidad de Janson y Almada fueron demasiado para un esquema mendocino chato y poco ambicioso. A dichos rendimientos se sumaron los dos laterales, el doble cinco (Mancuello volvió a ser Mancuello) y un Gianetti de jerarquía que impone el respeto de un Mariscal del ejercito prusiano. Así y todo, le costó al Fortín romper el cero y mostró algunos puntos bajos como los de Lucero, De Los Santos y Hoyos. El 9 no aporta gol, quizás un trabajo de hormiga, pero cuando la tiene que meter falla y con el pie le cuesta. De Los Santos sale siempre en la foto y es muy impreciso en los pases. Y finalmente Hoyos, en las salidas largas con el pie, siempre se la da a un rival. Pero Vélez pudo suplir esos puntos bajos con rendimientos altos como los arriba mencionados y en un jugadón, que inicio Thiago, coronó Janson y definió Mancuello se ponía justicia al marcador sobre el final del primer tiempo.
Vélez fue más y lo validó en el segundo tiempo con la misma tesitura de tratar de ser protagonista pero se encontró con un equipo mendocino mas adelantado y con mayores intenciones, y a pesar de haber tenido algún momento de falta de lucidez, el Fortín siempre fue superior dejándolo en claro a falta de 10 minutos cuando Breitenbruch anotó, en propia valla, el segundo gol fortinero. A los dos minutos Mancuello, en modo “toma y hacelo”, asistió a Bouzat que, tras pifiarle a la pelota, le cambió la dirección y dejó sin respuesta a Espínola. Era goleada y justa victoria con un funcionamiento correcto donde Vélez recuperó rendimientos que venían siendo muy bajos y que afectaron el inicio del torneo.
Y mientras veía las notas, el análisis del partido, leía los comentarios en Twitter, recordaba al Oso escribiendo "casa" y me abría una cerveza para terminar el domingo me di cuenta de que estaba feliz. Porque con tan poco los hinchas podemos volver a ilusionarnos y a ser, al menos por una semana, un poco más felices.

Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield
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