En menos de una semana Vélez hizo todo bien.
Se hizo cargo del partido que tenía que ganar y rompió el molde ganando un duelo de los que no suele salir victorioso.
Por eso, en esta mini semana de tensiones, Vélez se hizo cargo de todo. ¿Cómo duelen los JJOOs no? Pero bueno, ya está, ya pasó y hoy Vélez, en el tercer puesto, es protagonista de un torneo que River ya saborea y donde el gusto a quedarse corto lo tenemos en la punta de la lengua.
En Santiago Vélez fue superior y ganó. ¿Lució? Para nada. Lejos de ser un equipo contundente o brillante, Vélez golpeó en los momentos justos y a pesar de haber sido dominado en algunos tramos del encuentro el resultado fue justo. El criterio de Mancuello y el oficio de varios puntos altos nos dieron 3 puntos claves para mantener la diferencia en la General, porque River, ganando con uno menos en Córdoba, nos dejaba en claro quién será el Campeón. ¿En el debe? Thiago.
En Liniers Vélez fue superior y ganó. ¿Lució? Para nada. Lejos de ser un equipo contundente o brillante, Vélez golpeó en los momentos justos y aunque no fue dominado en ningún tramo del encuentro el resultado fue justo. El criterio de Mancuello y el oficio de varios puntos altos nos dieron 3 puntos claves para mantener la diferencia en la General, porque River, ganándole a Argentinos, nos dejaba en claro quién será el Campeón. ¿En el debe? Thiago.
Muchas similitudes, pocas diferencias. Pero hay algo que nos marca. Esa alegría inmensa e inmanejable de haber ganado el domingo fue un bálsamo para un hincha que siempre dudo del aura de un equipo que daba pocas alegrías. En la Copa Argentina, en duelos internacionales, en definiciones de Torneos bizarros o en partidos de mucho contenido emotivo, Vélez, hasta el domingo, estaba en deuda con su gente. Por eso recibir a Boca, luego de dos empates de local con malos funcionamientos, era todo un desafío para un Fortín que, de la mano de su DT, acertó planteo, cambios y visión del desarrollo del juego. Supo manejar la espera retrasada de Boca y contuvo los pocos esfuerzos visitantes en ofensiva siendo tan evidente en las estadísticas que los de la rivera no patearon al arco.
En tantas paradas bravas tachábamos la doble, pero el domingo nos salió generala servida y fuimos felices, porque este equipo le debía a toda su gente una victoria de este calibre: justa, inapelable y, en cierta forma, un poquito humillante pero que, de tener a Almada en un nivel como el que nos suele deslumbrar, podría haber sido bastante mas acomodada.
La gestión de Pellegrino se debía esta victoria. Los números y el trabajo lo respaldan, pero esa sonrisa de la gente aun se la debía, y después de haber derrotado a Boca, ese plantel flaco de guapeadas nos regaló lo que veníamos buscando hace rato, sacar chapa de Vélez, de ese Vélez que tanto extrañábamos.
Fotos: Sitio oficial Vélez Sarsfield.