Vélez fue de menor a mayor en un partido que duró 40 minutos. El comienzo fue muy malo, con salidas erráticas y poca tenencia de pelota, la sombra de Arroyito asomaba con timidez, pero con el correr de los minutos el equipo fue cambiando su cara y de la mano del liderazgo de Santi Caseres Vélez se fue afianzando, generando chances clarísimas (dos pelotas en el palo) y terminó siendo el protagonista de un partido que, lamentablemente, se terminó a los 40 con la roja a De los Santos, por parte del otro gran actor de la jornada: Delfino.
La increíble expulsión del uruguayo mostró dos cosas: la exasperante necesidad de este buen hombre de querer ser siempre más que el espectáculo y el final del partido, porque se rompió todo. Vélez mantuvo una línea de 3 con Guidara y Ortega de stopper y con Gianetti, como mariscal, limpiando cada ataque visitante. La poca profundidad del Rojo ayudó a mantener el empate y la devolución de gentilezas de Laso le devolvió cierto protagonismo al Fortín que no pudo, en medio de un caos estratégico, hacer pie para llevarse los 3 puntos.
Con o sin Delfino, el verdadero antihéroe de la noche, Vélez logró cambiar la imagen de la última fecha ante el Canalla, mostrando actitud, entrega y carácter cuando tuvo que pelear el partido con un hombre menos. Además, en condiciones normales, por momentos, mostró buena circulación y algunos principios de sociedades que pueden ir creciendo con el correr de las fechas.
Ahora se vienen dos nuevos desafíos. Para el equipo se viene Huracán, un partido chivo y duro desde siempre el cual se tiene que ganar siempre; para la dirigencia que este muchacho no nos dirija nunca más.
Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield