FLACO ÍDOLO

Rodrigo Javier Martínez, 24-03-2022
Iba a escribir esta columna el lunes con dos vasos de whisky encima y una bronca que no podía entender. Decidí no hacerlo, pero no por pensar en medirme, sino porque me derrotó la tristeza. Creo que acerté. Y digo que acerté porque si me hubiera quedado con esa frustración que me comía por dentro, iba a perderme la chance de escribirle unas líneas al Flaco Pellegrino.
Ya está, no daba para más. El Flaco fue víctima y victimario. Fue víctima de arbitrajes nefastos, de un plantel que por momentos pecó de poco disciplinado y otra de bajo nivel, de una comisión que le desarmó planteles y le trajo poca jerarquía. Pero también fue victimario cuando fue laxo o cuando se casó con un dibujo y jugadores que nunca le dieron nada.
Quizás hayamos sido demasiado exigentes esperando de Longaniza una campaña que nos llevé a viejas épocas o quizás fuimos demasiado soñadores cuando la realidad de Vélez dista mucho de gestas del pasado. Quizás el Míster no le dio ese salto de calidad cuando había material para esperanzarse con una estrella, quizás hoy no tenemos material para estar últimos. En cualquier “quizás”, el Flaco, ya estaba muy cargado por el presente.
Pero cualquier análisis no pasa esa línea temporal que nos lleva al Flaco levantando la Copa del Mundo, no pasa ese respeto de verlo ser un central que dejo todo con nuestra camiseta, no supera el amor que sienta por nuestro club y no alcanza el respeto que le tenemos todos los fortineros a un héroe fortinero.
Puede doler cualquier derrota o estar últimos, y fuimos carne de eso, pero más duele verte irte sin disfrutar, nuevamente, de la gloria que supiste conseguir. Respeto eterno.

Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield
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