PERDIDOS

Sin lugar a dudas fue una de las noches mas tristes que me tocó vivir en el Amalfitani.

Y, obviamente, va más allá de lo deportivo porque derrotas hemos vivido de todo tipo y colores. No se gana siempre, no se pierde siempre.

Pero el martes Vélez, definitivamente, perdió. Perdió deportiva e institucionalmente.

Perdió en lo deportivo, pero de manera injusta. Pero la justicia es un concepto que a Vélez le es esquivo. A pura gambeta nos pasa por arriba porque los arbitrajes son escandalosos últimamente y le es esquiva porque cuando merece un poco más se ocupa, testarudamente, de no acompañarla, de hacer todo lo posible para no torcer el destino y ser víctima de las propias miserias. Vélez, contra Nacional, fue superior, pero defendió mal, definió mal y el costado no tiene respuestas, por falta de capacidades o recursos.

Pero la derrota que más duele es la institucional. Falta de respuestas, misterios en información que el socio debería conocer públicamente, enfrentamientos, voces cruzadas, violencia, heridos, policía, barras. Vélez está siendo derrotado por sus propios fantasmas y pareciera que nada ayuda a buscar una solución. El club es un polvorín y cada tres o cuatro días se le acerca un fósforo, como si estuviéramos dispuestos a que todo vuele por el aire.

El socio no merece este presente. No merece quedar 4 fechas antes de cualquier pelea por el plano local y no merece navegar último en el grupo de la Copa Libertadores. Pero menos merece la angustia que vive por ver al club de sus amores naufragar en la impericia de una gestión que prometió mucho y se diferenció poco.

Es momento de rescatar a los buenos elementos, aquellos que reman en el día a día, sin recompensa alguna mas que el amor por los colores. Es momento de descomprimir y tratar de recomponer el camino para ordenar cuentas y ser más inteligentes en los mercados de pases. Pero por sobre todo es momento de dejar las diferencias y tirar todos para el mismo lado. Podemos comernos un bastonazo de alguna policía local, podemos comernos un piedrazo en alguna cancha de visitante, pero nunca, nunca nunca nunca, una remera de Vélez debe pegarle a otra remera de Vélez. Basta de rosca, basta de violencia. Esto no es Vélez.

Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield