El miércoles fuimos felices.
Fuimos felices porque ganamos el partido más importante que tuvimos en los últimos 10 años y porque volvimos a tener una de esas alegrías grandes que solíamos tener en nuestras épocas doradas. Fuimos felices porque después de tanta mierda, después de masticar tanta bronca, pudimos, al final, abrazarnos con amigos y familia y volver a sentir que Vélez es gigante.
Pero para que perder líneas describiendo esa felicidad inmensa que vivimos si cada uno sabe como nos estalló el corazón con la clasificación. Prefiero reflexionar sobre otros temas y recordar sensaciones muy similares a las que vivimos en el 2009. Tanto en aquella final, como el miércoles pasado, a Vélez le bajaron el precio. Los medios no hablaron de merecimientos, sino de polémica e intrigas de palacete. Los periodistas no hablaron de superioridad, solo de suspicacias e injusticias. La figura fue el VAR y no Armani, el esfuerzo de un equipo en 180 minutos se opacó por una lluvia de audios y la inteligencia y sacrificio no fue mencionado por nadie para darle lugar a interpretaciones y cámaras.
Otra vez al Fortín fue víctima del marco y de los manejos mediáticos para transformarse en un escort del poderoso de turno. Aquella vez fue el blindaje del tiki tiki, hoy es el blindaje al DT de moda que no acepta criticas y critica lo que tantas veces lo beneficio.
Hoy, una vez más, Vélez no es noticia. La noticia es otra, la que vende en el morbo porno argento y no el merecimiento de un equipo que dejo todo. ¿Debería preocuparnos? Para nada. Hoy nos tocó a nosotros, pero ya vamos a quejarnos en contra, como tantas veces ya lo hicimos.
No dejemos que nos bajen el precio, pero disfrutemos este momento. Las tapas serán otras, pero la felicidad es nuestra, la épica, aunque le duela a tantos, fue fortinera. ¡VAMOS NOSOTROS!
Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield