NADA MAS

Rodrigo Javier Martínez, 14-10-2022
Estoy entre dos sensaciones, entre dos sentimientos. Por un lado, la inmensa alegría de una victoria agónica, sufrida y totalmente necesaria en las malas, por el otro lado la absoluta seguridad que ganamos y nada más, pero “muy” nada más.

Es difícil explicar como todo se hace difícil para Vélez. Desde jugar un jueves a las 16.30hs hasta llegar a pedir la hora de manera desesperada, en el medio todos estamos al borde de un infarto. Incluso con un trámite favorable, terminamos sufriendo al borde del soponcio.

En un partido chato Vélez tuvo su momento de gloria y no lo supo aprovechar. El primer tiempo las mas claras las tuvo el visitante e incluso una de ellas, debería ser la atajada del torneo cuando Burian tuvo una muestra de reflejos digna de la Araña Yashin y salvo la valla fortinera. El Fortín tuvo algún tiro peligroso, pero no mucho más, después naufragó sin pena ni gloria en el tedio que nos tiene acostumbrado.

En el complemento el terror nos abrazó cuando no vimos a Burián entrar mientras Hoyos corría al arco, pero a los 15 minutos del segundo tiempo llegaron esos 3 minutos de lucidez que mencionamos en el párrafo anterior y que no pudimos sacar provecho. Valoyes, preso de una intensidad desmedida en todo el partido, hachó a Garayalde y vio la roja. Tres minutos después Seoane, de excelente partido, habilitó a Castro que controló, giró y con la pelota apenas elevada, busco el palo lejano de Herrera. Golazo y una victoria que parecía sería calma dadas las circunstancias.

A partir de ahí Vélez, como siempre, derrapó. Sin posesión y yendo al golpe por golpe, con un jugador más, los de Medina vieron como Hoyos era protagonista y como Talleres crecía en nuestro terreno. Hasta que, sobre el final, entre errores grotescos y una tensión inimaginable, Jara erró y la defensa vio como tres rivales entraban solos para empatar. Un canto al horror. Pero Vélez sacó del medio, subió por la izquierda y en un calco del gol cordobés, Ortega llego al fondo y Florentin definió a contra pierna de un Herrera que ve una remera de Vélez y llora. ¿Final? No. Más errores, un Hoyos dubitativo y un palo nos llevaron al borde de un colapso general. Pero se ganó en un final apocalíptico.

¿Es necesario sufrir tanto? Seguramente no, pero con este esquema tozudo y necio, con algunos rendimientos muy bajos y con una tabla que agobia desde la humillación, parecería que sufrir es un precio muy bajo para ser felices al menos unas horas.

Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield.
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