Se terminó nuestro veranito sanjuanino con un bife, de frente, que nos comimos en La Paternal. El equipo del Meñiscal Milito fue un justo ganador y nos uso de sparring para sellar su pasaje a la Copa Libertadores. ¿Qué nos importará eso a nosotros? Seguramente nada. Pero duele ver como el presente de muchos dista tanto del nuestro y siendo, infinitamente, más grandes, hoy esperamos un 2023 muy flaco de todo cuando el insecto colorado, por lo diminuto, festeja su pasaporte internacional.
A nivel futbolístico fue impactante ver como Vélez no jugó a nada. Del mejor partido del año, a la nada misma, uno se pregunta como el equipo no pudo mantener nunca, durante toda la temporada, cierta regularidad. O quizás si la mantuvo, pero negativamente. Lo que nadie puede negar es que, de nuevo, volvimos al barro.
El sábado Vélez fue superado sin atenuantes. El equipo de Medina no tuvo la posesión, pero no pudo ser directo a la hora de atacar y marcó mal siempre. No encontró espacios, ni asociaciones y fue general el bajo rendimiento en lo individual. Quizás algo de Hoyos por lo relevante de sus atajadas, pero no mucho más. Las variantes no fueron relevantes y nunca hubo respuestas ni adentro, ni afuera de la cancha. Vélez entregó el partido sin oponer resistencia, sin luchar el trámite, sin ideas, sin presionar. Vélez fue a La Paternal a ser parte de un entrenamiento donde, por momentos, parecía ser un equipo de adorno. Siempre me niego a pensar que la derrota es inminente, pero en el Metegol del Semillero del Mundo, Vélez no fue semilla y lo pasaron rápido por la guadaña, nunca estuvo en partido.
Y con todo definido aun nos queda un parto más. Nos queda cerrar la fecha suspendida con los santiagueños en la cancha de Boca. Si, en la Bombonera, en la otra punta de la ciudad, un día de semana, a las 19hs. El socio y el hincha, como siempre, muy agradecidos.
Foto: Sitio Oficial Vélez Sarsfield
DE NUEVO
Rodrigo Javier Martínez, 24-10-2022
