LA NADA MISMA

No hay nada. No hay respuestas de los veteranos, no hay reacción en los más jóvenes, no hay recambio en el banco, no hay soluciones en el cuerpo técnico. Vélez es vacío, es la nada misma, es la propia limitación explotada al cien por ciento por miserias y errores. Vélez es nada.
Quizás algo del oficio de Pavone peleando todas, un poco del ingreso de Caseres demostrándole a Russo que debe ser titular y bastante del alma de Grillo que esconde falencias con una entrega sobrenatural.
Párrafo aparte para la actuación del Capitán. Firme en la marca, con pocos errores, salvó un gol que nos iba a humillar y se cargó la justa expulsión de un rival, luego de un codazo artero dirigido a su rostro. Cubero, hoy, pone su voluntad por sobre todo, es la llama que mantiene intacta nuestra hidalguía. ¿Sueldo sideral? ¿De vuelta? ¿Comete errores? Cubero no luce entre estrellas, pero pone la cara en épocas de vacas flacas cuando la necesidad tiene cara de hereje y navegamos en un mar de angustias. Hoy es la figura del equipo y deja la vida, este humilde servidor, se saca el sombrero ante este guerrero fortinero y le agradece su moral y entrega.
Pero a que punto hemos llegado que hemos resaltado la figura de Poroto para buscar una luz. Ese punto es este presente macabro que tiene a un Vélez sin volumen de juego, sin ideas, con poca profundidad y errores individuales y colectivos dignos de un equipo amateur. Sosa con clara responsabilidad en el gol, sin fuerza de piernas y reacción, dejó de ser el gran salvador de partidos. Amor, confundiendo presencia con vehemencia, hace el foul del gol y suma errores que terminan en goles rivales. Desábato lento y perdido. Somoza impreciso y al borde de la jubilación. Rolón tomando decisiones, casi siempre, incorrectas. Villalba sin desequilibrar y sin saber de que juega. Caraglio un fantasma del que nos ilusionó las primeras fechas. Cabral apático y con la cabeza puesta en vaya a saber que. En resumen, Vélez no solo no tiene una idea clara de juego, además tiene individuales en rendimientos muy bajos. Además Russo carece de variantes y de ideas. Con un hombre más, en vez de abrir la cancha, lleno de pesados el area, sin ver que el problema de Vélez es como llegar a ella. El ingreso de Caseres le dio un poco de pimienta a este Vélez sin alma y a pesar de forzar varias jugadas no pudo llegar a un empate que quizás, merecido desde la actitud, es un castigo a tanto desorden y caos, porque obviamente, de ligar, ni hablar.
Vélez es esto... no hay nada. Solo hay que esperar que la buena fortuna nos de una palmada en la espalda y limpie nuestros corazones de esta tristeza que parece no tiene fin, porque al fin y al cabo, no hay nada al final del camino.